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Cinco problemas urológicos comunes que afectan adolescentes.

LOS VARONES SULEN SUFRIR ALGUNOS PROBLEMAS DE LOS CUALES SE SIENTAN AVERGAONZADOS, ESTEMOS ATENTOS PARA PODER AYUDARLOS.

Los hombres jóvenes son menos afectos a visitar un medico a diferencia de las mujeres, y las razones detrás de esto son variadas. Sin embargo, es importante que luego, cuando asistan, se reconozca su problema, se diagnostique y se les brinde el asesoramiento y el tratamiento adecuados.

Este artículo ofrece un trasfondo de cinco condiciones urológicas comunes, centrándose en presentaciones que no son de emergencia.

EL PREPICIO.

La historia natural del prepucio está bien documentada, el 90% se vuelve completamente retráctil a la edad de tres años y, más allá de eso, los datos sugieren que solo el 1-2% necesitará intervención.

Este es el primer consejo que se debe dar: retraerse cada vez que orine y durante cada baño / ducha. Es posible que el paciente también desee probar una crema con esteroides, y las instrucciones de aplicación son importantes. El paciente debe usarlo dos veces al día, todos los días durante seis semanas y aplicar la crema específicamente en el área afectada (es decir, la banda apretada).

La circuncisión rara vez es necesaria fuera de la presencia de liquen escleroso ( una patología poco frecuente); la retracción regular y los esteroides dan muy buenos resultados.


VARICOCELE

El varicocele es una patología donde se dilatan la venas del escroto. Los hombres adolescentes que presentan un varicocele han notado un nuevo "bulto" en el escroto. Los varicoceles tienen una incidencia de 15 a 20% en hombres adolescentes.

Estos hombres tienen un 80% de probabilidades de tener una fertilidad normal y no hay una diferencia demostrable en el resultado si tienen un varicocele reparado en la adolescencia o más tarde en la vida.

Es necesario evaluar a los adolescentes que presentan un varicocele, medir el volumen testicular y realizar un seguimiento de 12 a 18 meses. Si la paciente tiene más de 16 años, se le debe ofrecer un análisis de semen para evaluar el potencial de fertilidad.


Se pueden encontrar varicoceles. en el 30-40% de los hombres adultos, los datos apoyan la mejora de los parámetros del semen y la paternidad después de la reparación del varicocele dentro de este grupo.


TESTÍCULOS QUE NO SE ENCUENTRAN EN EL ESCROTO (Criptorquidia).

Los casos de testículos que no se encuentran en el escroto son un desafío clínico. Los datos en lactantes hablan de una incidencia del 5% de los recién nacidos y la recomendación de cirugía (idealmente) antes de los 12 meses, están bien documentados.

En los adolescentes hay pocos datos o pautas. Si los testículos son palpables en la ingle, entonces se debe informar al paciente sobre su mayor riesgo de cáncer testicular, que es aproximadamente del 1,7%.

Si el testículo no descendido es unilateral, esto casi no tendrá ningún efecto sobre la fertilidad, pero la criptorquidia bilateral puede provocar un cambio marcado en las características que se observan en la biopsia testicular y los parámetros de semen.

Salvo en circunstancias muy específicas (y raras), el testículo no debe dejarse en la ingle.

Debe movilizarse y, si es posible, reubicarse en el escroto.



QUISTES E HIDROCELE EPIDIDIMARIOS.

Los hombres adolescentes suelen acudir a los médicos con un bulto o hinchazón escrotal: esto es importante y todos deben ser vistos y examinados. La respuesta médica adecuada es una parte importante para alentar a los hombres jóvenes a participar en el autoexamen testicular como un medio para asegurar el diagnóstico temprano del cáncer testicular.


Los quistes epididimarios son comunes y pueden ser únicos, múltiples, unilaterales o bilaterales. Aparte de la aparición de un bulto, normalmente no provocan otros síntomas y, de ser así, conviene dejarlos tranquilos. Los hidroceles se pueden considerar de la misma manera; su presencia no hace necesaria la cirugía. Un pequeño hidrocele que no causa dolor, afecta la actividad o impacta la estética no necesita intervención.

La cirugía solo está indicada si un quiste o hidrocele causa dolor significativo, el tamaño limita la actividad o existe la sospecha de otra patología (es decir, malignidad)


ANOMALÍAS DEL PENE.

Es común que los hombres jóvenes piensen si su pene es normal y si afectará su capacidad para entablar relaciones sexuales. La gran mayoría de estas preocupaciones se resolverán con la auto-indagación o las discusiones dentro de una familia a medida que un joven se convierte en adulto.

La mayoría de los adolescentes varones remitidos a una clínica para adolescentes con problemas de pene necesitan ser vistos, examinados y tranquilizados de que son normales.

La fuente de información es importante: los medios como la pornografía son comúnmente vistos y creídos por muchos hombres (no solo adolescentes), y hay evidencia emergente de que ver pornografía puede tener un efecto perjudicial sobre la función eréctil. Por lo tanto, es importante que usemos datos revisados ​​por pares para brindar tranquilidad o un tratamiento adecuado.


Para aquellos pacientes con anomalías anatómicas definidas como hipospadias muchos se habrán sometido a cirugía en la infancia. Pueden tener preocupaciones sobre la función urinaria y / o sexual. Hay datos que muestran que, para muchos, la función urinaria y / o sexual puede ser buena, pero puede haber insatisfacción con la apariencia del pene hasta en un 30%, síntomas urinarios (por ejemplo, rociado de orina) en un 40-50%, disfunción eréctil hasta en un 24% y disfunción eyaculatoria hasta en un 37%.


Resumen

Los hombres adolescentes pueden ser un grupo difícil de involucrar en la atención médica y pueden tener problemas urogenitales definidos. Es importante que cuando presenten estos problemas sean vistos, examinados y debidamente asesorados. Para algunos, la tranquilidad será el curso correcto, mientras que otros necesitarán una evaluación y un tratamiento especializados.

La atención centrada en la urología de adolescentes es una especialidad relativamente nueva, pero ahora existen datos y experiencia emergentes para ayudar a los pacientes. Hablar con los adolescentes, estar atento a sus preocupaciones y no permitir que estos temas sean un tabú es sumamente necesario para cuidar su salud integral.


Fuente: medscape








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