Cómo evaluar los cambios en los niños.
Ibamos a la escuela, hacíamos deportes grupales, teníamos cumples y asados familiares, pero sin ton ni son eso de esfumó. Nos quedamos en casa.
Esta situación supuso un alto nivel de stress tanto para niños como adolescentes. Lo que era habitual debió cambiar a nuevas rutinas, a menos libertades, a permanencia 24 hs con padres y hermanos y perdida de los espacios personales.
Un estudio español demostró que, el 38% de los padres observaban en sus hijos dificultades relacionadas con la regulación emocional (cambios de estados de ánimo, apatía, más quejas) y el 20% apreciaban modificaciones en las pautas de sueño o de alimentación. En general, el 64% de los padres de niños de Primaria y el 55% de los padres de niños de jardín percibían que sus hijos estaban peor que antes de la cuarentena.
Es lógico que en este contexto notemos cambios en la manera de actuar de nuestros hijos. Aquí una breve reseña de posibles síntomas de angustia y stress para que como padres podamos reconocerlos, y estemos mejor preparados para manejarlos.
Las conductas en niños pequeños:
✓ Regresiones, niños que vuelven a etapas anteriores de su desarrollo. Como hacerse pis encima, dormir en la cama de los padres, hacer berrinches o solicitar la mamadera.
✓ Negación a salir, por miedo al virus o por falta de estímulo. Los paseos recreativos generalmente no son los suficientemente divertidos para ellos.
✓ Perdida de los tiempos de socialización personal, perdida de autoregulación de la conducta social. En la relación virtual si me enojo apago el dispositivo y no necesito conciliar, perdonar o consensuar con un amigo.
✓ Cambios del sueño y la alimentación. Sin la escuela como regidor de horarios muchas familias van flexibilizando las rutinas lo cual interfiere directamente en la calidad de la alimentación y la función del sueño.
✓ Llantos sin causa, debido a los miedos o incertidumbre contenidas.
Los adolescentes y sus comportamientos:
Los adolescentes están siendo los más afectados por el confinamiento obligatorio. El adolescente por definición está experimentando nuevas libertades y el alejamiento de sus padres para vivir nuevas experiencias.
Desde que este grupo se vio obligado a quedarse en sus casas perdió la cercanía con sus pares que tanto le importa y lo enriquecen.
Estamos observando EXPRESIONES (no necesariamente síntomas) de ansiedad, depresión y soledad.
El niño mayor suele procesar estos sentimientos mediante diferentes procesos psicológicos:
*Culpa
*Aislamiento
*Negación
*Rumiación (repetir pensamientos negativos)
Pero no todo es tan malo!
En el mismo estudio se interrogó a los niños y sorprendentemente la respuesta más frecuente de los niños fue que “estaban genial en casa” (31%) o que “estaban genial en casa, pero a veces se aburrían” (25%).
Compartir tiempo ha dado lugar a conflictos y dificultades de gestión emocional, pero también a cocinar juntos, ver series en familia, jugar a juegos de mesa o comer juntos, cuando antes cada miembro de la familia comía por separado o en compañía de otras personas de fuera del núcleo familiar. Esto ha proporcionado a muchos niños un sentimiento de unión y pertenencia a la familia, ha estrechado lazos y les ha hecho sentirse importantes. Todo esto es fundamental para un desarrollo emocional saludable en la infancia.
Algunas estrategias para ayudarlos durante esta etapa.
Rutinas, mantener horarios de comer y dormir, que sean predecibles. Más algún paseo recreativo nos asegura un ritmo biológico saludable.
Hablar claramente, de acuerdo a la maduración del niño, de lo que esta pasando y como lo podemos enfrenar juntos. Generar estrategias de resiliencia.
Dejar que usen la tecnología como puente de conexión con amigos, familia. Estar lejos pero no distantes calma mucho la tristeza o ansiedad de no estar juntos.
Mantener conductas positivas, ellos imitan y aprenden de nuestro accionar.
En los mayores es importante abrir el dialogo, que expresen como se sienten, dar lugar a la queja y comprender lo que les fue quitado.
Algunos ejercicios de respiración o mind fullnes que se pueden encontrar on line suelen ayudar a calmar los sentimientos negativos o la angustia.
La pandemia nos quita muchas cosas queridas, pero también nos une, nos acerca. Dejar la vorágine diaria para frenar un poco no está mal. Sacar lo mejor de esta situación y transmitir pensamientos y emociones positivas a nuestros hijos hará que ellos salgan victoriosos de este momento tan particular.
Fuerza papis! Lo están haciendo genial!
Los quiero,
Dra. Lucre
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